De la UM a Stanford, y desde ahí hasta Amazon; un camino cuesta arriba que sigue y sigue

Mathías Jiménez es un alumni de la Licenciatura en Economía que en la actualidad se dedica a realizar pronósticos financieros para Amazon
De la UM a Stanford, y desde ahí hasta Amazon; un camino cuesta arriba que sigue y sigue

“Siempre se hablaba de economía en casa”

Corría el año 2009 y Mathías tenía que tomar esa decisión tan problemática para los jóvenes de 18: ‘¿Qué estudio ahora?’. Su respuesta la encontró en las charlas familiares de cada almuerzo y cena, donde pese al abanico gigantesco de temarios posibles, siempre se hablaba de economía.

Junto a sus padres, eligieron la UM por “el programa tan avanzado que representaba en ese entonces la Licenciatura en Economía. (…) Mis padres querían que fuera a la mejor universidad del país”, comentó Mathías. Y quince años más tarde, miró en retrospectiva, reflexionó, y concluyó que: “La calidad de los docentes es algo que me impresionó. Nunca había tenido contacto con doctores en Economía, con gente que supiera tanto”.

Mientras estudiaba, profesores que lo vieron destacar en sus materias lo incentivaron a entrar al mercado laboral. Isaac Alfie, docente en las áreas de Economía y Finanzas Públicas, lo integró dentro de su negocio familiar, pero el foco de Mathías siempre se centró en profundizar sus estudios y en entender las particularidades de la Economía.

Una vez se recibió, Mathías ya había trabajado en dos lugares distintos y corría con una disyuntiva nueva: ‘¿Sigo estudiando o trabajando?’.

Tiene ese “bichito inagotable” del conocimiento

En 2014 realizó un posgrado de Economía en la Universidad Torcuato Di Tella, en Argentina. Según él, siempre se ha sentido muy cómodo al estudiar temas teóricos, y es en la UM que descubrió ciertas áreas donde si las profundizaba, le iban a “fascinar y encantar”. “El doctorado, el posgrado, fueron más que nada por esa hambre de seguir aprendiendo y estudiando”, agregó.

Dos años después viajó a Estados Unidos para realizar su PhD in Economics en la Universidad de Stanford; durante su estadía en Buenos Aires se centró solo en sus estudios, pese a dar una mano a la Universidad como teaching assistant y lecturer, y ahora estaba dispuesto a repetir el proceso durante los cinco años que conlleva el doctorado.

Sin embargo, su vínculo con Pete Klenow, docente de Stanford, lo llevó no solo a ser su asistente de investigación, sino que en 2017 también realizó una pasantía como Data Scientist en Adobe, la empresa tech de Silicon Valley. “Fue mi primera experiencia en este tipo de empresas gigantes tecnológicas, donde sentís que todo pasa muy rápido, que todos están muy acelerados. Aprendí a adaptarme lo más rápido posible y a cambiar el chip, porque en un PhD tenés todo el tiempo del mundo para pensar en cada detalle de tu investigación, pero acá no”, explicó.

“Viví lo de Amazon como una final”

En septiembre del 2022 finalizaban su doctorado y la pandemia, y se aproximaba un cambio de paradigma en la vida de Mathías. “A un año y medio de terminar el doctorado me decidí que quería entrar a la industria tecnológica, pese a saber que es muy competitiva. Apliqué a muchas empresas, pero salían pocas entrevistas. Una de las últimas fue justamente en Amazon. Me lo preparé muy bien porque la veía como una final, y cuando me dijeron que sí, lo festejé mucho”, rememoró.

Consultado al respecto, dijo que las oficinas donde él trabaja son espectaculares. Ubicadas en Seattle, Nueva York, comparten la misma cultura recreativa que Google, Meta o Globant al tener mesas de ping-pong, stands de comida, entre otros. Pero además, la impronta más asociada a la economía real, alejada de la natividad tecnológica, hace que el espacio y la cultura interna reflejen ese contraste más tradicional.

Trabaja dentro del sector de finanzas de Amazon, especializado en el rubro de publicidad de la empresa. “Mi rol consiste en ayudar dentro de finanzas para pronosticar los números del negocio de la publicidad. (…) Por ejemplo, con respecto a la fire tablet, tengo que ver cuánta publicidad puede llegar a venderse desde la tablet, o mismo cuantas tablets se pueden vender. Tenemos que explicar por qué hacemos lo que hacemos, si falla, por qué falló, y esto nos sirve para tomar decisiones estratégicas dentro de la empresa”, explicó.

Con respecto a la empresa, Mathías concluyó que en el día a día hay miles de cosas para hacer y uno siente que no le da la vida para terminar todo, pero al mismo tiempo se da cuenta que es un recurso útil. Dentro de la gigante tech aprendió a “jerarquizar su orden de prioridades; a cómo aplicar soluciones técnicas racionales en un tiempo exigido; y a desarrollar una ‘cabeza de ingeniero’”.

Intereses, opiniones y vistas a futuro en el paisito

Consultado al respecto, su meta en este momento se centra en resguardar su capital económico: “Si lo pensás de alguna manera, yo empecé mi carrera profesional muy tarde, porque hace solo dos años que estoy en Amazon. Y a su vez, estoy disfrutando este desafío y estoy aprendiendo cosas que me parecen interesantes. Por ejemplo, si quiero emprender en el futuro, creo que tener los conocimientos que he ido aprendiendo suma bastante”, comentó.

En su tiempo libre, le gusta hacer deporte, tocar la guitarra y pensar en “ideas voladas”, que no son tan voladas y que pueden llegar a aplicarse en un futuro: “Capaz que puedo emprender; hacer algún tipo de consultoría con un socio; o una charter city”. Esta última es un modelo de ciudad novedosa que posee una jurisdicción especial y un gobierno autónomo capaz de promulgar políticas nuevas dentro de su territorio. Su inspiración nace de proyectos como Dubái o Shanghái, y se fundamentan en el combate a la pobreza mundial, incentivar la competencia interna y el desarrollo de la economía.

“En su momento barajé la posibilidad de hacer una en Uruguay. Era un proyecto a mediano o largo plazo, porque tiene toda una esfera política por detrás que complejiza mucho todo el proceso. Había contactado un fondo de inversión en Silicon Valley, Pronomos Capital, -el cual fue fundado por el nieto de Milton Friedman-, y tanteé el terreno mientras trataba de vender a Uruguay y hablaba con profesionales y empresas como Zonamerica en el país. Al final entré en Amazon y esta ‘idea loca’ quedó en el aire”, desarrolló Mathías.

Por su cercanía al epicentro de gestación de la inteligencia artificial (IA) comercial en la actualidad, Mathías fue consultado acerca de la implementación de IA en los próximos dispositivos de Apple: “La computación en la actualidad es mucho más barata que hace 50 años, y esto hace más accesible este tipo de tecnologías; pero en realidad los modelos que se utilizan en la IA son bastante básicos; un estudiante de Economía de la UM puede entenderlos sin problemas. Que estos sean tan viejos tiene sus pros y sus contras”, dijo.

La familia, los amigos, la belleza de Montevideo y la idiosincrasia uruguaya aún tienen enamorados a Mathías y a su esposa, quienes esperan regresar, pero no saben cuándo. Sea el caso que sea, su “obsesión por aprender” e ir a más le deparan un futuro brillante.

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